La partida de Perón resultó tan difícil como el final de su gobierno. Al vuelo, le precedieron doce días de continuo bamboleo en la embarcación en la que encontró refugio -la cañonera "P-81" -. Situación que no habrá favorecido para que el depuesto presidente haya podido descansar. La partida, además, contó con una suerte de piruetas para abordar el avión, ya que este no pudo acercarse hasta la embarcación, quedando a unos 200 metros. Por tal motivo, Perón y su comitiva debieron trasladarse en un bote de goma que se acercó al avión Catalina. -Sabida era la aprensión del general por realizar traslados aéreos a partir de la mala experiencia vivida 1946 cuando el DC-3 en que se desplazaba sufriera una colisión en el aire con otra nave. De hecho, la mayor parte de las visitas protocolares de sus actos de gobiernos fueron realizadas en tren o por vía fluvial-.
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El vuelo pusó proa a la ciudad de Reconquista, flanqueado por dos aviones North American AT-6A de la Aviación Naval Argentina, -presumiblemente portando caracteristicas 4-A-013 y 3-A-021-. Desde allí sin descender, voló directamente a Asunción. Poco más de cinco horas de abandonar Buenos Aires, el general destituido arribó a la capital guaraní. La llegada del hidroavión contó con la escolta de aviones militares paraguayos. El mismo presidente Alfredo Stroessner salió a su encuentro en su aeronave según narraba la prensa.
El Catalina no aterrizó en el aeropuerto de Asunción, sino en el aeródromo militar de Ñú Guazú, siendo las 17.45 horas local. El objetivo de despistar a los periodistas allí apostados. Ya sobre la plataforma Perón fue abrazado por el presidente paraguayo y unas veinte personas. Pronto el asilado se topó con la noticia que no podía permanecer en la capital paraguaya. La cercanía de la frontera con Argentina incomodaba a las nuevas autoridades militares, por lo Perón debía ser trasladado a alguna localidad del interior. La ciudad elegida fue Villarrica del Espíritu Santo. No obstante la estadía en Paraguay sería muy corta. El día el 02Nov55 debió partir rumbo a Nicaragua. Para tal fin se empleó un Douglas DC-3 de la Fuerza Aérea Paraguaya. En su nuevo destino: quien administraba el poder absoluto Anastasio Somoza le dio cobijo. Vale recordar que para el viaje desde Asunción a Managua, fue seleccionado nuevamente al capitán Herbert Leo Nowak.
La totalidad de los nombres reportados en el presente escrito ya han fallecido, mientras tanto, el veterano Catalina con el que se produjo la fuga del Río de la Plata, fue vendido por la Fuerza Aérea Paraguaya en los años 90s, siendo adquirido por un particular americano. Tras un pase de manos, el aparato fue restaurado a condición de vuelo.
Detalle de la aeronave* cn. 1737 Consolidated PBY-5A Catalina (1944) - 48375 US. Navy - desafectado en Seattle Jun53. N4937V Trans-Alaskan Airlines Nov53, Flightcraft Inc Abr54, HK Coffey & Associates Nov54, Fleetway Inc 30Nov54. ZP-CBA LATN (Líneas Aéreas de Transporte Nacional 30Nov54, T-29 Fuerza Aérea Paraguaya 22Dic54- rmt. 2002 s/d. Almacenado en Asunción desde 1977 a 1988, Frank Porter Dic93, rr. N96FP Abr94, Caribbean Air Transport 03Abr94, Charles E. Largay / Universal Associates Inc, Ene95, N96UC Universal Associates Inc 21Mar96, Worlds Greatest Aircraft Collection Inc 08May96.
-Ver referencias adicionales-
El fracaso del avión Negro.
El DC-8 del Operativo Retorno.