En diversas oportunidades nos hemos referido a las acciones solidarias que implican el uso del medio aéreo tras la desgracia que generan los fenómenos naturales. Uno de estos hechos se mantiene en la memoria cada 10Jun.
A las 15.28 horas del 31May70 un violento terremoto desbastó las ciudades peruanas de Huaraz, Casma, Chimbote, cobrándose la vida de más de 70.000 habitantes en medio de enormes destrozos. En particular, los principales daños se registraron en el denominado Callejón de Huaylas, también llamada Cordillera Negra, llegando a desprenderse gran parte de los glaciares de altas cumbres que terminó de complicar a la zona con inundaciones y aluviones sobre las margenes del río Santa Ana. Así, los afectados fueron más de un millón de personas. Como es costumbre en este tipo de circunstancias, la ayuda solidaria comenzó a arribar desde distintos puntos del planeta, a saber: Alemania, Argentina, Brasil, Cuba, los EE.UU., Francia, Gran Bretaña, Guatemala, Holanda, México, Nicaragua, Paraguay, URSS, Uruguay y Venezuela. A fin de organizar la asistencia, se estableció un puente aéreo desde Lima hacia las localidades afectadas, estableciendo Huaraz como centro de operaciones.
El mismo 01Jun70 se llevó a cabo el primer vuelo de un total de cinco con destino a Lima con aviones C-130 de la Fuerza Aérea Argentina. Mientras que el Fokker F-27 TC-75, fue desplegado para asistir al Perú a partir del 08Jun70. Si bien Perú había recibido aeronaves de distinto tipo y tamaño, el Fokker F-27, se distinguía por ser uno de los elementos más modernos de su tipo. La fuerza Aérea del Perú poseía en funciones aeronaves Curtiss C-46 y Douglas C-47. No fueron pocos los paracaidistas peruanos alistados a ser elegidos para volar en el avión argentino.
Desde el mismo día del arribo el aparato cumplimentó diversos vuelos de reconocimiento, también efectuó lanzamiento de víveres y medicamentos sobre la zona cordillerana. En la mañana del 10Jun70, el aparato despegó desde Lima con destino a la zona del desastre, con la misión de lanzar una carga en extremo necesaria sobre las comunidades a orillas del río Pativilca. Se tenía conocimiento que en el lugar de destino las condiciones atmosféricas no eran ideales, aun así era tal la necesidad a cubrir que los vuelos de asistencia se realizaban igual.
Momentos previos al accidente el bimotor sobrevoló la población de Vista Alegre, lanzando diez bultos con víveres y ropa. Una carga similar estaba destinada al poblado del distrito de Congas. Durante los lanzamientos la nave volaba a sólo 300 metros del suelo de altura. El Fokker giró intentando retornar y hacer un nuevo pasaje sobre Vista Alegre y Congas. La máquina descendió 120 metros a fin de que la carga pudiera acercarse más a los damnificados. Sin embargo, las formaciones montañosas fueron atrapando al avión sobre el estrecho valle del río Congas. Vanamente la tripulación trató de ganar altura, impactando en la cima del cerro Huaracocha a 3,963 metros sobre el nivel del mar.
Desde las bases, ante la falta de noticias, se supuso que el Fokker se había extraviado, declarándose en emergencia en horas de la tarde y dando inicio a las labores de búsqueda. Una tripulación de un avión de reconocimiento peruano reportó restos de un avión accidentado, sobre una ladera montañosa, en cercanías de la Quebrada del Río Congas -200 kilómetros al noroeste de Lima-. En el accidente perdieron la vida cuatro tripulantes: capitán Hugo Enrique Rey -piloto-, capitán Enrique Alejandro Sarto, suboficial principal Oscar Pedro Entezano, suboficial principal Oscar Raymundo Signorelli, quienes recibieron las insignias de la Orden del Sol de Perú post mortem. Otros cuatro tripulantes de origen peruano sufrieron graves heridas: suboficial. EP Ríos y Vera, mientras que el suboficial. EP Juan Díaz Salazar salió milagrosamente ileso. Este último encontró ayuda en una pequeña urbanización tras caminar durante dos horas. El suboficial argentino Oscar Raymundo Signorelli falleció horas después.
A las 15.28 horas del 31May70 un violento terremoto desbastó las ciudades peruanas de Huaraz, Casma, Chimbote, cobrándose la vida de más de 70.000 habitantes en medio de enormes destrozos. En particular, los principales daños se registraron en el denominado Callejón de Huaylas, también llamada Cordillera Negra, llegando a desprenderse gran parte de los glaciares de altas cumbres que terminó de complicar a la zona con inundaciones y aluviones sobre las margenes del río Santa Ana. Así, los afectados fueron más de un millón de personas. Como es costumbre en este tipo de circunstancias, la ayuda solidaria comenzó a arribar desde distintos puntos del planeta, a saber: Alemania, Argentina, Brasil, Cuba, los EE.UU., Francia, Gran Bretaña, Guatemala, Holanda, México, Nicaragua, Paraguay, URSS, Uruguay y Venezuela. A fin de organizar la asistencia, se estableció un puente aéreo desde Lima hacia las localidades afectadas, estableciendo Huaraz como centro de operaciones.
El mismo 01Jun70 se llevó a cabo el primer vuelo de un total de cinco con destino a Lima con aviones C-130 de la Fuerza Aérea Argentina. Mientras que el Fokker F-27 TC-75, fue desplegado para asistir al Perú a partir del 08Jun70. Si bien Perú había recibido aeronaves de distinto tipo y tamaño, el Fokker F-27, se distinguía por ser uno de los elementos más modernos de su tipo. La fuerza Aérea del Perú poseía en funciones aeronaves Curtiss C-46 y Douglas C-47. No fueron pocos los paracaidistas peruanos alistados a ser elegidos para volar en el avión argentino.
Desde el mismo día del arribo el aparato cumplimentó diversos vuelos de reconocimiento, también efectuó lanzamiento de víveres y medicamentos sobre la zona cordillerana. En la mañana del 10Jun70, el aparato despegó desde Lima con destino a la zona del desastre, con la misión de lanzar una carga en extremo necesaria sobre las comunidades a orillas del río Pativilca. Se tenía conocimiento que en el lugar de destino las condiciones atmosféricas no eran ideales, aun así era tal la necesidad a cubrir que los vuelos de asistencia se realizaban igual.
Momentos previos al accidente el bimotor sobrevoló la población de Vista Alegre, lanzando diez bultos con víveres y ropa. Una carga similar estaba destinada al poblado del distrito de Congas. Durante los lanzamientos la nave volaba a sólo 300 metros del suelo de altura. El Fokker giró intentando retornar y hacer un nuevo pasaje sobre Vista Alegre y Congas. La máquina descendió 120 metros a fin de que la carga pudiera acercarse más a los damnificados. Sin embargo, las formaciones montañosas fueron atrapando al avión sobre el estrecho valle del río Congas. Vanamente la tripulación trató de ganar altura, impactando en la cima del cerro Huaracocha a 3,963 metros sobre el nivel del mar.
Desde las bases, ante la falta de noticias, se supuso que el Fokker se había extraviado, declarándose en emergencia en horas de la tarde y dando inicio a las labores de búsqueda. Una tripulación de un avión de reconocimiento peruano reportó restos de un avión accidentado, sobre una ladera montañosa, en cercanías de la Quebrada del Río Congas -200 kilómetros al noroeste de Lima-. En el accidente perdieron la vida cuatro tripulantes: capitán Hugo Enrique Rey -piloto-, capitán Enrique Alejandro Sarto, suboficial principal Oscar Pedro Entezano, suboficial principal Oscar Raymundo Signorelli, quienes recibieron las insignias de la Orden del Sol de Perú post mortem. Otros cuatro tripulantes de origen peruano sufrieron graves heridas: suboficial. EP Ríos y Vera, mientras que el suboficial. EP Juan Díaz Salazar salió milagrosamente ileso. Este último encontró ayuda en una pequeña urbanización tras caminar durante dos horas. El suboficial argentino Oscar Raymundo Signorelli falleció horas después.
El día 11Jun70, se despachó con destino a Lima la aeronave F-27 TC-78, -cn. 10478-, para repatriar a los infortunados tripulantes. El avión arribó en horas de la tarde a la capital peruana y regresó al día siguiente a El Palomar. Más allá de la tragedia, la solidaridad se mantuvo de pie, y el día 14Jun70, el estado argentino comprometió una partida de 500 toneladas corned beff en latas, para intentar paliar algunas de las necesidades del pueblo peruano. Los embarques de esta carga, se realizaron en tres vuelos semanales de aeronaves Lockheed C-130 de la Fuerza Aérea Argentina que tenían capacidad para trasladar 20 toneladas por vuelo. Vaya el recuerdo para aquellos quienes en esmero de asistencia ofrendaron sus vidas.
Detalle de la aeronave
* cn. 10411 Fokker F-27-400M Troopship - FF. 04Ago69 - PH-FOK Fokker; TC-75 Fuerza Aérea Argentina 15Ago69. - TT 838 hs. 944 aterrizajes.