En la historia de la aviación argentina, pocos helicópteros han dejado una huella tan profunda y versátil como el MBB Bo 105 Bölkow. Aunque a simple vista sus ejemplares parecen iguales, cada uno guarda diferencias que reflejan su evolución técnica y sus múltiples roles operativos. Estos aparatos han participado en misiones policiales, emergencias sociales y, en algún caso, tuvieron protagonismo durante el conflicto bélico de 1982. Esta reseña expone las características y singularidades de dos ejemplares emblemáticos que hoy se exhiben en el Museo Nacional de Aeronáutica, invitando a descubrir por qué, a pesar de compartir nombre y diseño base, se trata de dos aeronaves realmente diferentes.
El helicóptero MBB Bo 105 Bölkow comenzó su dilatada historia en Argentina en 1972, convirtiéndose en el primer helicóptero ligero bimotor en operar en Sudamérica. Ese año llegaron al país los primeros cuatro ejemplares, destinados a la Policía Federal Argentina. Estos helicópteros fueron utilizados intensamente en misiones de observación aérea, patrullaje, transporte sanitario y operaciones tanto diurnas como nocturnas, bajo condiciones visuales e instrumentales. Eventualmente, y ante necesidades extremas, fueron puestos a disposición para actuar en situaciones de desastres naturales, así como también en comisiones encomendadas por el Poder Judicial.
También en 1972, el Ministerio de Bienestar Social adquirió un par de estos helicópteros, que operaban desde el Helipuerto Dr. Escudero Salguero. Estos aparatos, infatigablemente, estuvieron al servicio de las necesidades dispuestas por dicha cartera, bajo la órbita de la Dirección Nacional de Emergencias Sociales.
Uno de sus ejemplares fue el LV-LGR, que tuvo una trayectoria destacada tanto en funciones civiles como en contextos excepcionales. En 1982, participó en el conflicto del Atlántico Sur, siendo destacado en el sur del país para operar con el Escuadrón Fénix, y luciendo el prefijo militar AE-704.
Tras ser declarado de baja en 2004, el LV-LGR permaneció almacenado durante años. Finalmente, fue recuperado y puesto en valor por el recordado grupo Asociación Amigos del Museo Nacional de Aeronáutica (AAMNA), siendo entregado oficialmente al Museo el 17 de diciembre de 2011. Desde entonces, forma parte de la exhibición permanente.
El segundo Bölkow que integra la colección del museo desde 2019 proviene de las filas de la Policía Federal Argentina y corresponde al ejemplar LQ-AOF. Esta aeronave prestó servicio activo hasta 2009, y su historia está marcada por una notable versatilidad operativa. La Policía Federal retiró del servicio sus últimos Bölkow en 2017, cerrando así un ciclo de más de cuatro décadas.
Durante su vida útil, el LQ-AOF participó en numerosas misiones: búsqueda y seguimiento, apoyo a allanamientos, control y orientación del tránsito, rescate sanitario, plataforma de mando aérea, traslado y apoyo a grupos de asalto, instrucción de vuelo, entrenamiento de tripulaciones, evacuación en siniestros y catástrofes, fotografía aérea y traslado de autoridades (VIP).
Para quien visita el museo, más allá de los esquemas de pintura que distinguen a estos aparatos, las diferencias entre ellos son notorias y aportan un valor adicional a la muestra. La comparación técnica y visual entre estos dos ejemplares permite entender mejor la evolución del modelo y su adaptación a distintas necesidades operativas.
También en 1972, el Ministerio de Bienestar Social adquirió un par de estos helicópteros, que operaban desde el Helipuerto Dr. Escudero Salguero. Estos aparatos, infatigablemente, estuvieron al servicio de las necesidades dispuestas por dicha cartera, bajo la órbita de la Dirección Nacional de Emergencias Sociales.
Uno de sus ejemplares fue el LV-LGR, que tuvo una trayectoria destacada tanto en funciones civiles como en contextos excepcionales. En 1982, participó en el conflicto del Atlántico Sur, siendo destacado en el sur del país para operar con el Escuadrón Fénix, y luciendo el prefijo militar AE-704.
Tras ser declarado de baja en 2004, el LV-LGR permaneció almacenado durante años. Finalmente, fue recuperado y puesto en valor por el recordado grupo Asociación Amigos del Museo Nacional de Aeronáutica (AAMNA), siendo entregado oficialmente al Museo el 17 de diciembre de 2011. Desde entonces, forma parte de la exhibición permanente.
El segundo Bölkow que integra la colección del museo desde 2019 proviene de las filas de la Policía Federal Argentina y corresponde al ejemplar LQ-AOF. Esta aeronave prestó servicio activo hasta 2009, y su historia está marcada por una notable versatilidad operativa. La Policía Federal retiró del servicio sus últimos Bölkow en 2017, cerrando así un ciclo de más de cuatro décadas.
Durante su vida útil, el LQ-AOF participó en numerosas misiones: búsqueda y seguimiento, apoyo a allanamientos, control y orientación del tránsito, rescate sanitario, plataforma de mando aérea, traslado y apoyo a grupos de asalto, instrucción de vuelo, entrenamiento de tripulaciones, evacuación en siniestros y catástrofes, fotografía aérea y traslado de autoridades (VIP).
Para quien visita el museo, más allá de los esquemas de pintura que distinguen a estos aparatos, las diferencias entre ellos son notorias y aportan un valor adicional a la muestra. La comparación técnica y visual entre estos dos ejemplares permite entender mejor la evolución del modelo y su adaptación a distintas necesidades operativas.
Aunque a simple vista el Bo 105A y el Bo 105 CBS-2 pueden parecer similares, existen diferencias notables entre ambas variantes, tanto en su diseño estructural como en sus capacidades operativas. Estas variantes reflejan la evolución del modelo a lo largo del tiempo, incorporando mejoras técnicas que respondieron a nuevas demandas civiles, sanitarias y de seguridad.
El Bo 105A, versión original del modelo, fue concebido principalmente como un helicóptero ligero de uso general, con capacidad para cuatro pasajeros además del piloto y copiloto. Su diseño innovador para la época incluía un rotor rígido sin bisagras, fabricado en materiales compuestos, lo que le otorgaba una excelente maniobrabilidad y una capacidad inusual para realizar maniobras agresivas o de alta precisión, algo poco común entre helicópteros de su clase en los años 70. Esta característica lo hizo especialmente útil en entornos urbanos y operativos complejos, como los que enfrentaban la Policía Federal y los servicios de emergencia social en Argentina.
Por su parte, el Bo 105 CBS-2 representa una evolución directa del diseño original. Esta versión introdujo una cabina alargada, lo que permitió aumentar la capacidad de carga útil y facilitar el acceso a bordo, especialmente en operaciones sanitarias o de transporte rápido. La extensión del fuselaje también mejoró la distribución del peso, ofreciendo mayor estabilidad en vuelo y permitiendo nuevas configuraciones internas, como camillas médicas o equipos de comunicaciones avanzadas.
Otra diferencia significativa radica en la aviónica. Mientras que el Bo 105A contaba con una suite básica de instrumentos analógicos —suficientes para operaciones VFR (reglas de vuelo visual)—, el CBS-2 incorporó sistemas más modernos y confiables, aptos para vuelo IFR (reglas de vuelo por instrumentos) en condiciones meteorológicas adversas. Esto amplió considerablemente el espectro operativo de la aeronave, permitiéndole funcionar en misiones nocturnas o de largo alcance con mayor seguridad.
El sistema de rotor también fue objeto de ajustes en el CBS-2. Aunque ambos modelos mantienen el rotor rígido de cuatro palas característico del Bo 105, la versión CBS-2 optimizó su configuración y algunos componentes internos, mejorando el comportamiento en vuelo estacionario y reduciendo vibraciones. Este refinamiento fue particularmente útil en tareas delicadas, como rescates, operaciones médicas o filmaciones aéreas, donde la estabilidad resulta crucial.
En cuanto a la motorización, ambas versiones utilizan motores Allison 250-C20 (más tarde Rolls-Royce), pero las configuraciones electrónicas y de control del CBS-2 ofrecían una gestión más eficiente del rendimiento, especialmente en condiciones de carga máxima o clima adverso. Este pequeño salto en eficiencia operativa hacía del CBS-2 una plataforma más versátil, adaptada a estándares más exigentes, sin perder las cualidades esenciales del diseño original.
Estéticamente, también se pueden notar cambios sutiles. La variante CBS-2 presenta un fuselaje ligeramente más largo, con puertas traseras más amplias y mayores opciones para configuraciones de acceso. Algunos ejemplares incluso fueron equipados con patines reforzados o kits de flotación para operaciones sobre cuerpos de agua.
En síntesis, el Bo 105 CBS-2 es una mejora sustancial del Bo 105A, adaptada a una gama más amplia de misiones y entornos operativos, sin comprometer la agilidad ni la fiabilidad del diseño base. La presencia de ambas versiones en el Museo Nacional de Aeronáutica permite a los visitantes no solo apreciar la evolución tecnológica del modelo, sino también comprender cómo cada variante fue aprovechada en función de necesidades específicas, desde tareas policiales hasta operaciones de emergencia en contextos extremos.
El Bo 105A, versión original del modelo, fue concebido principalmente como un helicóptero ligero de uso general, con capacidad para cuatro pasajeros además del piloto y copiloto. Su diseño innovador para la época incluía un rotor rígido sin bisagras, fabricado en materiales compuestos, lo que le otorgaba una excelente maniobrabilidad y una capacidad inusual para realizar maniobras agresivas o de alta precisión, algo poco común entre helicópteros de su clase en los años 70. Esta característica lo hizo especialmente útil en entornos urbanos y operativos complejos, como los que enfrentaban la Policía Federal y los servicios de emergencia social en Argentina.Por su parte, el Bo 105 CBS-2 representa una evolución directa del diseño original. Esta versión introdujo una cabina alargada, lo que permitió aumentar la capacidad de carga útil y facilitar el acceso a bordo, especialmente en operaciones sanitarias o de transporte rápido. La extensión del fuselaje también mejoró la distribución del peso, ofreciendo mayor estabilidad en vuelo y permitiendo nuevas configuraciones internas, como camillas médicas o equipos de comunicaciones avanzadas.Otra diferencia significativa radica en la aviónica. Mientras que el Bo 105A contaba con una suite básica de instrumentos analógicos —suficientes para operaciones VFR (reglas de vuelo visual)—, el CBS-2 incorporó sistemas más modernos y confiables, aptos para vuelo IFR (reglas de vuelo por instrumentos) en condiciones meteorológicas adversas. Esto amplió considerablemente el espectro operativo de la aeronave, permitiéndole funcionar en misiones nocturnas o de largo alcance con mayor seguridad.El sistema de rotor también fue objeto de ajustes en el CBS-2. Aunque ambos modelos mantienen el rotor rígido de cuatro palas característico del Bo 105, la versión CBS-2 optimizó su configuración y algunos componentes internos, mejorando el comportamiento en vuelo estacionario y reduciendo vibraciones. Este refinamiento fue particularmente útil en tareas delicadas, como rescates, operaciones médicas o filmaciones aéreas, donde la estabilidad resulta crucial.En cuanto a la motorización, ambas versiones utilizan motores Allison 250-C20 (más tarde Rolls-Royce), pero las configuraciones electrónicas y de control del CBS-2 ofrecían una gestión más eficiente del rendimiento, especialmente en condiciones de carga máxima o clima adverso. Este pequeño salto en eficiencia operativa hacía del CBS-2 una plataforma más versátil, adaptada a estándares más exigentes, sin perder las cualidades esenciales del diseño original.Estéticamente, también se pueden notar cambios sutiles. La variante CBS-2 presenta un fuselaje ligeramente más largo, con puertas traseras más amplias y mayores opciones para configuraciones de acceso. Algunos ejemplares incluso fueron equipados con patines reforzados o kits de flotación para operaciones sobre cuerpos de agua.En síntesis, el Bo 105 CBS-2 es una mejora sustancial del Bo 105A, adaptada a una gama más amplia de misiones y entornos operativos, sin comprometer la agilidad ni la fiabilidad del diseño base. La presencia de ambas versiones en el Museo Nacional de Aeronáutica permite a los visitantes no solo apreciar la evolución tecnológica del modelo, sino también comprender cómo cada variante fue aprovechada en función de necesidades específicas, desde tareas policiales hasta operaciones de emergencia en contextos extremos.
Exhibir dos helicópteros similares en el museo ofrece una perspectiva única sobre la evolución de la tecnología. De esta manera, el espectador puede apreciar directamente las mejoras en un determinado diseño y la transformación de los sistemas de vuelo a lo largo del tiempo, permitiendo al visitante ser testigo del progreso técnico y la innovación..
Detalle de las aeronaves* cn. S-53 Messerschmitt-Bölkow-Blohm MBB Bo.105A – D-HDBD Messerschmitt-Bölkow-Blohm, LV-LGR Ministerio de Salud – Dirección de Emergencias Sanitarias – Bienestar Social. rr. AE-704 (operando con el Escuadrón Fénix – 1982); LV-LGR Ministerio de Bienestar Social. 2004 almacenado en Helipuerto Dr. Escudero (Salguero). Preservado en el Museo Nacional de Aeronáutica, 17Dic2011.* cn. S-545 Messerschmitt-Bölkow-Blohm MBB Bo.105 CBS-2 – D-HDNT Messerschmitt-Bölkow-Blohm 1981, LQ-AOF Policía Federal Argentina "H-6", 02Nov81 – desprogramado en 2009. Preservado en el Museo Nacional de Aeronáutica, Morón, Buenos Aires desde 2019.