Durante los años 60s en el país proliferaron a una serie de hechos relacionados con el contrabando, en los cuales se empleó un buen número de aeronaves. Es claro que los hechos relacionados al contrabando nunca concluyeron, y todavía existen. Máxime en un país como Argentina, que no cuenta con los elementos apropiados para el control del tránsito aéreo, al tiempo que se destinan escasos presupuestos destinados a la protección de los límites territoriales. Por aquellos días, lo más habitual era el tráfico de cigarrillos, bebidas alcohólicas y perfumes. No se niega la posibilidad del tráfico de estupefacientes, pero a ciencia cierta, no eran tan habitual como lo es hoy en día. Los casos se habían multiplicado de tal modo que los diarios comenzaron a darles espacio en sus tiradas. La gama de aeronaves empleadas era muy amplia. Desde monomotores de reducidas prestaciones hasta aeronaves de mayor envergadura como los Lockheed Lodestar, North American B-25 o Constellations. El negocio no se privó absolutamente en nada. De más está decir, que los casos que salían a la luz, eran los que por obra del destino no había podido concretar de forma correcta la maniobra de aterrizaje, o bien porque abandonaban el aparato en algún descampado.
El término rioplatense, bagayo, es una forma coloquial de hacer referencia a bultos, paquete o equipajes. No obstante, como el lenguaje es una suerte de organismo vivo, que se transforma permanentemente, bagayo, en lunfardo bien entendido puede utilizarse para hacer plena referencia a un conjunto de objetos robados, o mal habidos. De tal forma que no fue muy difícil hacer referencia a las aeronaves que se emplearan para el tráfico de contrabando como "aviones bagayeros".
La noche del miércoles 08Abr64, un bimotor Curtiss C-46 sobrevoló las cercanías del pueblo de Vieytes, -(a sólo 70 kilómetros de La Plata-. Su maniobra, en confabulación con la noche se vio interrumpida violentamente. Una sucesión de ruidos y estruendos propios del impacto contra la superficie alertó a lo lejos a un puñado de pobladores. Consecuencia del accidente, los motores del avión fueron despedidos a varios metros del primer contacto. La sección de cola quedó seccionada, al tiempo que las alas se destrozaron. El resto del fuselaje quedó de forma invertida, abriendo un surco en la tierra hasta que se detuvo. El efímero caos dio paso al silencio propio de la incertidumbre. En la oscuridad se observaba un principio de incendio. Era el motor izquierdo que había sido ganado por el fuego. Los distantes testigos coincidieron que en pocos minutos se acercó al paraje un automóvil seguido de un camión. Varios individuos participaron en el rescate del piloto y el copiloto que se encontraban bastante heridos. Seguidamente, aprovechando la noche huyeron.
-Los restos del C-46 esparcidos en el campo de Vieytes- |
En la mañana siguiente, el encargado policial de Vieytes se hizo presente en el lugar del siniestro. El campo, La Fortuna, pertenecía a Fiorano Irisarri. Entre los restos retorcidos del maltrecho aparato se encontró un importante cargamento de cigarrillos -193.000 atados-, cifra que superaba holgadamente las tres toneladas.
Una vez inspeccionado el lugar se inició la búsqueda la tripulación del avión y de sus socorristas. La pesquisa recién se encaminó al recibirse información anónima. La cual hacía referencia a que parte de los sospechosos se encontraban en el domicilio de San Fernando en el norte del conurbano bonaerense. La policía estableció régimen de vigilancia sobre la vivienda. Horas después tres personas arribaron a la vivienda en un automóvil, procediendo a realizar un el allanamiento.
Cuando los efectivos policiales ingresaron a la casa, se encontraron que los moradores se atendían a dos personas heridas. La información anónima recibida había detallado que una mujer se asomaba de forma sistemática al balcón de la vivienda. Habían pasado dos días desde el accidente del C-46. Merced a la redada, se comprobó que los heridos eran los pilotos del avión, a quienes prontamente se los trasladó al hospital local, quedando internados con vigilancia.
El procedimiento logró establecer que la mercadería atrapada entre los restos del aparato procedía de Brasil. También se pudo determinar, que luego del accidente del avión, los heridos fueron llevados en un automotor hasta La Plata y de allí a la casa de Lastra en San Fernando donde fueron atendidos por' un médico.
El negocio debió haber sido sin dudas provechoso, como para poner en riesgo nada menos que un C-46 cuyo valor, por ese tiempo, estimativamente ascendía a Quince millones de pesos -Moneda Nacional-. (U$S 110.000). Este aparato contaba sólo veinte años de uso, y previamente al episodio relatado había operado con diversos operadores brasileños.
Detalle de la aeronave* cn. 30456/CU992 Curtiss C-46A-45-CU Commando - 42-96794 US Army Air Forces 02Sep44, Indian Government 10Abr46, wfu & stored, N50790 Western Hemisphere Export 1955, PP-LEE Loide Aereo Nacional 13Nov56, Sadia Transportes Aéreos 21Nov56, rr. PP-ASM 06Sep57, PT-BVG Milton Lopes Olearo 17Mar63, w/o 07Abr64 - Vieytes, Buenos Aires. Argentina.