11/02/2025

Viajando en la "Reina de los Cielos"


    
La primera vez que tuve la suerte de ver en persona fue en 1977, un Boeing 747 fue en el aeropuerto Benito Juárez de la ciudad de México, el cual pertenecía a la empresa española Iberia. Pero recién volé en uno de ellos por primera vez un 29Dic79, en aquella ocasión, el trayecto era Ezeiza - Río de Janeiro - Madrid. 
De allí hasta Abr2000 me sentí muy afortunado de realizar distintos vuelos en diferentes empresas con Boeing 747 en distintas versiones. Cuando el día 24Abr2000 descendí del vuelo BA2266 Pudahuel - Ezeiza, (G-CIVS Boeing 747-436 cn. 28851/1148 British Airways), en ese momento no sabía que era mi último vuelo en la Reina de los Cielos. Sólo volví a subir a uno de estos aparatos en la visita a Lelystad, en 2023. -ver "Dentro de un Jumbo".
    Pero el 31Dic2024, emprendí un nuevo viaje a Europa y opté por la empresa Lufthansa, que es una de las pocas empresas de pasajeros que aun emplean Jumbos en rutas de pasajeros, la mayor parte de estos aviones se emplean actualmente en el transporte de carga pura.
    La empresa teutona opera el servicio LH510/511 Frankfurt - desde el aeropuerto Ezeiza con sus Boeing 747-830 desde el 28Oct2014. No muchas aerolíneas de pasajeros hicieron su opción por estas aeronaves: A saber: Lufthansa con 19 unidades, Korean Air con 17, Cathay Pacific Cargo con 14 y Air China con 7. Ciertamente la preferencia por ejemplares con sólo dos motores se ha instalado en el mundo aerocomercial. Muchos Boeing 747-8 han sido ordenados por operadores de carga pura. En total se ensamblaron 155 ejemplares, el último de ellos, en el transcurso de 2023.
    Por tratarse de un día especial, la tripulación del vuelo LH511/D-ABYT - hizo su arribo a la estación aérea portando máscaras y sombreros alusivos el año nuevo, todos ellos portando una cordial sonrisa y un espíritu festivo. Algo para destacar, ya que muchos de ellos hubieran preferido pasar esa noche con sus familias.
    El presente 747 tiene la particularidad de contar con el esquema retro de la empresa alemana, tal como lucía su flota en la década del 70.
    Las butacas de la fila 28 corresponden a la clase económica, con algo más de espacio que el resto de los asientos situados en la parte posterior, -no demasiado-. Pero suficiente, como para notar la diferencia, en las primeras horas del largo viaje de 13 horas.
    El despegue sorprendió por la largar carrera que insumió. Sin dudas estábamos abordo de una gran mole, que necesita de espacio para desplazarse. Finalmente se alzó en vuelo con destreza más allá de su grandilocuente aspecto, dejando la pista 11/29, proa al Río de la Plata. Con excelente climatología se observaron lugares fácilmente reconocibles: Adrogué, Punta Lara, y la ciudad de Colonia. A mitad de camino a Montevideo, el vuelo prosiguió por el centro del territorio uruguayo, y el interior de Brasil. 
    Dentro de la amplia gama de entretenimientos que ofrece la aerolínea, se presentan dos cámaras: Una posicionada al frente, por debajo de la trompa, que permite observar tanto el despegue como el aterrizaje. Una segunda cámara fue colocada en la parte ventral, que da un vista del terreno, -si las nubes lo permiten-, pero no tan atractiva como la anterior. Desde mi preferencia, las vistas no superan las imágenes que se generaban con una cámara emplazada en el timón de los Airbus A340-600 de Iberia. Pero como atracción no deja de ser interesante. Respecto a la interacción con las pantallas, queda en evidencia que resultan un poco antiguas, tanto como desgastadas.
    Ni bien había pasado una hora del despegue, la tripulación ofreció algo de beber junto a unos snacks, con suma cordialidad y siempre portando los elementos del año nuevo.
    El capitán, notificó que, por tratarse de una compañía alemana, se realizaría el festejo de la llegada del año nuevo en el horario germano, situación que tuvo lugar, cuando aun sobrevolávamos la vertical de la ciudad brasileña San Pablo. La celebración fue sencilla y escueta: un conteo de 10 a 0, se deseó un feliz Año nuevo por los parlantes y seguidamente se sirvió un espumante y vino blanco. La cena estuvo acorde a los tiempos modernos. Nada mal. Nada para destacar. Si resultó sorprendendente el uso de cubiertos metálicos.
    Tal vez la única critica que pueda sostenerse respecto a la configuración interna, -y obviando el tema del espacio de los asientos-, es que para una aeronave de las dimensiones del Boeing 747-830, sería necesario al menos un par de lavabos adicionales. Ciertamente las visitas de los pasajeros generaban en más de un momento, largas filas, que afectaban a los pasajeros de la clase preferente.
    La llegada al continente europeo se desenfundó de nubes a la altura de la ciudad de Nantes, desde donde continuó un sereno vuelo sobre paisajes completamente nevados hasta el aeropuerto de destino, aterrizando por la pista 25R/07L. Igualmente, como en el caso del embarque, y dadas las dimensiones del aparato, el descenso se llevó a cabo por medio de una doble manga, situación que agilizó la rápida salida del interior de la nave.

Detalle de la aeronave
cn. 37844/1513 Boeing 747-830 - ro. 17Ene2015 - FF. 14Feb2015 - D-ABYT Lufthansa "Köln" dd. 25Mar2015.


Un regreso no muy cómodo
    Para el regreso desde el aeropuerto de Frankfurt, el método de embarque fue más eficiente al que habíamos experimentado en Ezeiza. Si bien se consideró el ingreso de las clases preferenciales y a los pasajeros con atenciones especiales, se optó por la inversión de los grupos, haciendo ingresar primero a los pasajeros situados en la parte posterior del avión, con la supervisión de la tripulación. Esta situación claramente facilita y ordena el pronto embarque. 
    En esta ocasión, el día 04Feb2025, se alistó la aeronave D-ABYP, que corresponde al ejemplar 1500 ensamblado por Boeing. Por tal motivo, en la parte posterior del fuselaje portaba un sticker de referencia.
    Tras un largo recorrido por las calles del aeropuerto, finalmente la aeronave se posicionó en la cabecera de la pista Pista 18/36, tras una breve espera, recibió autorización para el despegue y hechó a rugir la potencia de sus cuatro GEnx-2B67.
    En poco tiempo se sirvió la cena, que no agregó nada nuevo a lo relatado anteriormente. Nuevamente se utilizaron cubiertos metálicos. Muchas gracias por ello.
    La primera parte del viaje se pudo descansar bastante bien. Pero al iniciar el sobrevuelo de la ciudad brasilera Natal sorprendió que las pantallas indicaban como próximo destino el aeropuerto de San Pablo. El presente anuncio se hizo presente en cada una de las pantallas, si mediar ninguna información directa de parte de la tripulación. Restaban pocos minutos para el desayuno, que habían programado para ser servido dos horas antes del arribo a Buenos Aires, cuando la voz del capitán en los parlantes, informó que, a causa de la climatología reinante en el aeropuerto de Ezeiza, se procedería a descender en el aeropuerto de Guarulhos. La medida tenía por fin de cargar combustible (30tn), por si fuera necesario efectuar diversos circuitos, si la meteorología retrasaba el arribo a Buenos Aires. 
    El aterrizaje en el aeropuerto paulista se llevó a cabo por la pista 27R/09L, con ligera alteración hacia estribor durante el frenaje. 
    Antes de proceder a reabastecer el aparato, la tripulación indicó a los pasajeros que se mantuvieran con el cinturón de seguridad desabrochado por si hubiera que evacuar la aeronave. Inicialmente se había informado que el repostaje demandaría 30 minutos, pero tanto la estancia, como la falta de información certera se prolongaron. La impaciencia de algunos pasajeros comenzó a hacerse notar, en especial la de algunos argentinos. Al cumplirse una hora, se informó que uno de los neumáticos no contaba con la presión ideal, y que su revisación demandaría unos 40 minutos adicionales.     Habiendo perdido la cuenta del tiempo que llevávamos encerrados, el capitán informó que se procedería al cambio del neumático. Por cierto, los tripulantes de cabina, aprovecharon para entretenerse entre ellos con un dejo de indiferencia de la situación, lo cual generó una tensa calma de gran parte de los pasajeros. 
    Luego de 2:33 horas, finalmente se reemprendió el viaje. El Jumbo despegó desde la pista 09L/27R, con su interminable demanda de pista. Ascendió lentamente hasta llegar a la costa, insumiédole algo de tiempo alcanzar la altura de crucero. Seguidamente se sirvió el desayuno. El retraso de servicio correspondió claramente a la experiencia petrificante vivida en el aeropuerto de San Pablo. 
    Antes de arribar a destino, -finalmente-, y sobrevolando el centro de Uruguay, se informó que las condiciones reinantes en el aeropuerto de Ezeiza no eran buenas, y que durante el descenso el vuelo podría sufrir algunas turbulencias, -no fue así-. No obstante, al momento del aterrizaje, una intensa lluvia se abatía sobre la pista 11/29 del aeropuerto, por lo que el aparato contactó la carpeta asfáltica de forma brusca, a fin de generar un contacto seguro. Los reversores se activaron, dando lugar a una cortina de agua casi bloqueó la visión desde la ventanilla. 
    En la salida, no hubo como otros vuelos la sonrisa correspondida entre pasajeros y tripulación, por obvios motivos. La gente sólo pretendía descender el avión, en este caso para enfrentarse a un nuevo padecimiento, el sistema de migraciones de Argentina confabulado con la espera del equipaje que, gracias a los empleados de Intercargo, demandó algo más de una hora y media. 
    Por lo detallado puede inferirse que fue un regreso no muy cómodo, el cual, aun así no llegó empañar la satisfacción de poder volar un aparato majestuoso como lo es el Boeing 747-830. 

Detalle de la aeronave
* cn. 37839/1500 Boeing 747-830 - FF. 16May2014 - D-ABYP Lufthansa dd. 28Jun2014 "Nordrhein-Westfalen".