Volver a visitar la Fundación Infante de Orleans, conocida también como “La FIO”, siempre es un acto movilizador. Para aquellos que somos algo más que entusiastas, -digamos “aero-transtornados”-, es motivo de alegría, placer, adrenalina e incremento de nuestra frecuencia cardíaca… Planeé mi viaje al viejo continente para finalizarlo el primer fin de semana en Madrid, allí donde tiene su sede la FIO, en el aeródromo de Cuatro Vientos. Los primeros domingos de cada mes, excepto en enero y agosto, la FIO realiza la exhibición en vuelo de su colección. Y los sábados previos a los mismos, efectúa sus prácticas.
Nuestro amigo y miembro destacado de la FIO, Pedro Valle, pasó a buscarme por el centro de Madrid, el sábado 02Sep2023, para
trasladarnos al aeródromo con un pronóstico meteorológico nada alentador. Una lástima, si tenía en cuenta que todo el cronograma del viaje se había hecho en torno de ese fin de semana. Pero… no me voy a cansar de insistir, soy “un hombre de suerte”. No hubo tormenta, no llovió… y como los únicos que fueron a volar ese sábado a Cuatro Vientos, fueron los pilotos de la FIO, pudieron hacerlo sobre la vertical del aeródromo, sin tener que ir a las zonas de trabajo que habitualmente les asignan.
Luego de un briefing operativo y de seguridad, se tomó la decisión de efectuar la práctica. La misma, se dividió en dos períodos, con dos formaciones/escuadrillas cada uno y las aeronaves que hacen vuelos individuales:
Las escuadrillas estaban identificadas mediante el Call Sign “FIO” seguido de las letras “M(ike)”, “D(elta)”, “B(ravo)” y “E(co)”.
La distribución fue la siguiente:
Desde mi última visita, el aeródromo se había vuelto “internacional”, esto es que incorporó servicios de aduana, migraciones y seguridad, por lo tanto, no era posible acceder a la plataforma si no se era personal autorizado de rampa o mantenimiento o, se figuraba como personal de vuelo declarado para efectuar una operación. No siendo ninguno de ellos, debía observar la actividad rigurosamente
desde uno de los hangares sin acceder a la plataforma, lo cual era una suerte, teniendo en cuenta la previsión meteorológica que finalmente no se cumplió.
Pero “la suerte” no terminaba allí… Pedro Valle, a instancias de su hermano Carlos, Presidente de la FIO, nos invita a volar en el “Stearman” EC-FNM.
Corriendo a cambiar los planes de vuelo y declaraciones de pasajeros! Discutir, negociar, consensuar con las autoridades, que ejerció, con arte y oficio, Yago Alonso para que me autorizaran finalmente a volar. Volar en un Stearman es una maravilla, que un amigo pilotee, un privilegio, pero hacerlo en formación, con un Fleet y “la Moth”, es una experiencia inigualable que muy pocos han disfrutado, y a la que solo puedes acceder en la Fundación Infante de Orleans. He volado en un Mustang como lo hace Tom Cruise, pero él nunca ha volado en una formación de la FIO!
Durante la práctica de formación, Carlos Valle piloteó el Fleet y Jaime Larrea el Moth, que encabezaba Pedro con el Stearman. Volar en el avión líder me permitió observar las evoluciones de las otras dos aeronaves. Una vez finalizada la práctica, un solitario Cessna 172, probablemente de una escuela del lugar, fue la única aeronave que se vio volar, tal vez alentada por las maravillas que la precedieron…
El domingo 03 de septiembre, día de la exhibición, finalmente se hizo presente la “Dana”, un fenómeno meteorológico mediterráneo. Pese a la previsión, y a una ligera llovizna, un par de centenares de entusiastas, se hicieron presentes en la exhibición, y pudieron disfrutar de una suerte de “Visita Guiada”, donde se describieron las características e historia de los aviones allí estacionados. Luego, siendo las 13:00, sacaron las cubiertas de las cabinas abiertas, se fueron poniendo en marcha, y en el orden establecido para el rodaje, comenzaron a desplazarse hacia la cabecera de la pista en uso. En esta jornada, se incluyó al Sukhoi Su-31 de Ramón Alonso, que iba a cerrar la exhibición haciendo una demostración acrobática.
El orden original de la exhibición era el siguiente:
Vuelo de velero: Dornier Do-27 (EC-CFN) - Slingsby T-45 Swallow (EC-JGR).
Formación Alfa: de Havilland Canada DHC-1 Chipmunk (EC-LVH) - Piper L-4 "Grasshopper" (EC-AJY) - Stinson 108 (EC-BTK) - SIAI- Marchetti SF-205 (EC-BSH) - Miles Falcon Six M3C (EC-ACB) - Sukhoi 31 Ramón Alonso (EC-HGL).
Formación Bravo: Boeing Stearman Model 75/PT-17 (EC-FNM ex LV-HDT) - Consolidated Fleet 2 (EC-EYD ex LV-PBC/LV-ZCD) - de
Havilland DH.60 Moth (EC-KCY).
Formación Delta: Bücker Bü 131 Jungmann (x3) (EC-ERP - EC-ETT & EC-ERO) - Bücker Bü 133 Jungmeister (EC-ALP).
Formacion Eco: North American T-6 Texan (EC-DUN) - Beechcraft T-34 Mentor (EC-GMD) - Beechcraft C-45 "Twin Beech" (EC-ASJ).
El cielo se fue oscureciendo y la ligera llovizna amenazó tornarse en lluvia. Se decidió que solo volarían las formaciones “Delta” y “Eco”. “Las” Bückers despegaron y efectuaron una breve exhibición sobre el público. La formación “Eco” despegó y realizó un circuito corto para aterrizar bajo la copiosa lluvia. Trabajo arduo tuvieron los mecánicos, colaboradores y pilotos para secar los aviones antes de hangararlos. Finalmente, nuestros teléfonos vibraron al unísono, la alerta de tormentas severas hizo que decidiéramos no quedarnos a compartir el
almuerzo con los miembros de la FIO, dado que las rutas podían congestionarse y los túneles inundarse.
Esa noche volé a Buenos Aires, con los ojos y el alma llenos de amigos y aviones, en un fin de semana inolvidable.