30/06/2016

Recuerdo de la visita del LZ-127

-Postal conmemorativa en oportunidad de cumplirse el 50 ° aniversario de la visita (1984)-
Solía contarme mi padre, que de pequeño, y sin recordar demasiado mi abuelo lo había subido a babuchas llevándolo casi de madrugada a la panadería donde trabajaba, en cercanías del Congreso -Panadería Tanoira-. Fue el día 30Jun34,  un día histórico, cuando los habitantes de Buenos Aires vigilaban el cielo y cogoteaban desde temprano para tratar de descubrir la novedad de aquel tiempo. Ese día el "Graf Zeppelin" -LZ-127- sobrevoló Buenos Aires. Aquella aeronave media 236 metros de longitud, 80,5 de diámetro y 105.000 metros cúbicos de capacidad. Su armazón era de duraluminio, estaba dividido en 17 secciones comunicados por pasillos y cubierta con tela de algodón de alta resistencia. La barquilla, situada debajo del fuselaje y hacia proa, contenía el puesto de mando, estación radiotelegráfica, salón de estar, comedor de pasajeros, cocina eléctrica, bodega para equipajes, carga y correo, recinto aislado para que los fumadores pudiesen satisfacer su vicio, servicios sanitarios y diez camarotes, dispuestos para albergar a dos personas cada uno y separados por tabiques de lona recubierta de tela de tapicería. Además, en el mismo recinto, flanqueado por grandes ventanales, se hallaba el alojamiento de los tripulantes. Sus plantas de poder eran cinco motores Marybach-VI-2, colocados en barquillas externas y alimentados alternativamente con nafta o gas, movían hélices de acción directa que impulsaban al dirigible hasta una velocidad máxima de 128 kilómetros por hora. El Graf Zeppelin poseía un radio de acción de 10.000 kilómetros. Para su descenso, la aeronave recaló en Campo de Mayo, las crónicas de la época narran que aviones militares que habían partido desde El Palomar escoltaron al dirigible. La mole se posó a las 8.47 horas, y como no había mástil de amarre, un grupo numeroso de conscriptos de la Aviación del Ejército sostuvieron las cuerdas que colgaban del dirigible. Tras cargar 4.000 litros de agua, bolsas de correspondencia y algunos pasajeros, la aeronave volvió al cielo. Cerca de las 10.30 horas se produjo el segundo sobrevuelo sobre la ciudad, esta vez enfilando hacia el río proa a Montevideo. Se había dispuesto una parada muy breve, sin embargo ese pequeño lapso de tiempo quedó en la memoria para siempre.

Ver - Un vuelo a la nostalgia & Visita al Zeppelin Museum por Ricardo Ohoka (h)