21/05/2014

El Fellowship adoptado

El 24Mar75 la empresa estatal argentina suscribió un contrato con Boeing Co. por la adquisición de un Boeing 747-132 (cn. 19896/72 - ver "El Jumbo que nunca llegó") más el arrendamiento de otro. La operación debía ser aprobada por el Poder Ejecutivo, pero dada la grave crisis económica que vivía Argentina, el decreto nunca se firmó. La falta de aprobación por parte del gobierno argentino hizo que no se pudiera retirar la máquina. En el país se había reservado la matrícula LV-LRG
La empresa estatal contaba con tres Fokker F-28 Mk. 1000 desde principios de 1975 abocados a las rutas de corto enlace. El 15Nov75 uno de ellos, el LV-LOB -cn. 11086-,  se accidentó en Concordia, Entre Ríos durante la maniobra de aterrizaje, por lo que se procedió a incorporar una nave en calidad de reemplazo. 
En tal circunstancia se adquirió de parte de la empresa Fokker/VFW, un ejemplar que oportunamente volaba con la empresa alemana especialista en vuelos chárter Germanair GmbH (D-AGAB). La incorporación se llevó a cabo a sólo cuatro meses de la pérdida del aparto. En tal circunstancia previamente se emitió el decreto n° 1.482 del 30Ene76, a fin de aprobar la compra. El decreto 973/76 del 12Mar76, estableció la eximición del pago por derechos de importación de la aeronave y sus repuestos.
El Fokker F-28 Mk.1000 LV-LRG fue tomado por la empresa argentina el 23Mar76, y al día siguiente fue detectado mientras realizaba el vuelo de traslado entre Dusseldorf, Glasgow y Keflavik, luciendo esquema del transportista alemán. La aeronave se encontraba estacionada en Miami el 26Mar.
-Luciendo la primera imagen con los títulos pequeños y las góndolas de los motores en gris -
A lo largo de su vida operativa, sólo reportó incidentes leves, y lo más destacable aconteció el 25Feb89, en momentos en que cumplía las maniobras para iniciar el vuelo AR662 con destino a la ciudad de Cutral-Có, el LV-LRG debió ser trasladado a la cabecera "13" del Aeroparque Jorge Newbery por amenaza de bomba, que finalmente resulto falsa, abordo.
Cuando 1991 los tres Fokker Mk.1000 remanentes en la flota de compañía argentina estaban en el final de su carrera operativa, se ideó que estos aviones  pasaran a formar parte de Austral Líneas Aéreas; . -Ver "El Fokker F-28 en Austral"-, circunstancia que no prosperó.
El Fokker F-28 Mk1000 LV-LRG fue detectado luego de su desactivación en la plataforma de hangares de la empresa nacional, en el Aeroparque Jorge Newbery, con el timón completamente blanco y sin títulos, el día 04Dic94. Hacia Jun96 fue desmantelado, junto al resto de los F-28 en la plataforma de hangares del aeropuerto de Ezeiza.
- Aterrizando en AEP con lo títulos adoptado a fines de los 80s. -

Detalle de la aeronave
* cn. 11046 Fokker F28-1000 Fellowship - ff 03Feb72 Fokker; D-AGAB Germanair dd 10Mar72 "Nurnberg" ; LV-LRG "Ciudad de Rosario" dd. 24Mar76 - Desmantelado Jun96.

* 23May2014 - Gonzalo Carballo (Línea Ala) nos aporta que la presente aeronave sufrió además del hecho relatado una amenaza de bomba el 15Ago84, que a continuación se detalla:

La Nueva Provincia 16Ago84: Alarma por la presunta existencia de un explosivo en una aeronave. Prácticamente estuvo tres horas demorado ayer en la Aeroestación Civil Comandante Espora un avión de Aerolíneas Argentinas, que debió aterrizar de emergencia al ser notificado su comandante, ya en vuelo desde la Capital Federal, sobre la posible existencia de un artefacto explosivo a bordo. La exhaustiva revisión efectuada en nuestro medio dio resultados negativos, razón por la cual la aeronave reanudó su viaje con destino a Neuquén, previa escala en Viedma. 
- Escaneo del artículo original diario La Nueva Provincia 16Ago84-
La emergencia: Los detalles recogidos en el aeropuerto local permitieron obtener un panorama del episodio, que tuvo como protagonista al Fokker F-28 matrícula LV-LRG “Ciudad de Rosario” de Aerolíneas Argentinas, que había despegado del aeropuerto Jorge Newbery, en la Capital Federal, a las 16.25 en dirección a Neuquén, sin detenerse en nuestra ciudad. Cuando la aeronave volaba a la altura de Tandil, con 50 pasajeros a bordo, a las órdenes del Comandante Oscar Nicolás Sassi, se le comunicó por radio haber recibido una denuncia anónima sobre la existencia de un artefacto explosivo “colocado en algún lugar de la aeronave”. Ante la alternativa, el piloto se comunicó con las autoridades de la base local y solicitó autorización para hacer escala, atento a la distancia que lo separaba de Viedma. Así lo hizo, comunicando al pasaje que “por un problema meteorológico nos vemos precisados a aterrizar en Bahía Blanca”. En ningún momento –precisaron algunos de los pasajeros que aguardaban en el hall de la aeroestación alguna novedad con respecto a la continuidad del viaje.- se produjo pánico a bordo, ni siquiera cuando el comandante Sassi, ya en tierra recomendó “apurarse por favor” a los pasajeros que descendían por la puerta delantera del avión. Prolija Revisión: A todo esto, eran las 17.25, ya habían sido alertadas la Policía Militar de la Base Aeronaval Comandante Espora, la policía provincial y la delegación de la Policía Federal, como así también el cuerpo de bomberos bahienses. La máquina fue conducida hacia el sector derecho de la pista, lejos del edificio de la aeroestación, iniciándose las tareas. Estas estuvieron a cargo de los efectivos de la Brigada de Explosivos de la Base Naval Puerto Belgrano, a cargo del ayudante Raúl Néstor Acha, utilizándose detectores ultrasónicos y detectores de choque. El exhaustivo trabajo, que se había iniciado con el desalojo de la bodega y el reconocimiento por parte de cada pasajero de sus valijas y elementos personales, concluyó a las 19.25, sin que se obtuviera rastro del supuesto explosivo. Posteriormente, a las 20.05 el avión reanudó su viaje con destino a Viedma, primero, y a Neuquén después. Conjeturas: Mientras se aguardaba el despegue de la aeronave, “LA NUEVA PROVINCIA” tuvo oportunidad de asistir a un diálogo entre el delegado de la Policía Federal, en nuestro medio, comisario Ricardo J. Apezteguía; el jefe de la policía de la Base, capitán Andrés Covas y el subjefe de la Base Comandante Espora, capitán de corbeta Emilio Goitía. Los nombrados intercambiaron opiniones acerca de la constitución de un cuerpo especial para este tipo de emergencias coordinando además la forma de encarar las operaciones. En cuanto a los orígenes del posible llamado, se especuló con que podría ser una broma de mal gusto, o en el mejor de los casos, un hecho derivado del actual conflicto que aqueja a los integrantes del personal técnico aeronáutico y que está causando una sensible demora en el tráfico aéreo de todo el país.