En medio de un viaje familiar, hace años, de camino desde Neuquén hacia Las Lajas, mi padre me comenta: "A vos que te gustan los aviones, acá está el aeropuerto de Cutral Có". No necesité ningún tipo de complicidad para apartarme de la ruta, y direccionar el auto hacia el lugar. "Sonamos" habrán dicho el resto del grupo, "A este lo perdemos y encima nos atrasamos...". El comentario había sido tan rápido como la decisión de entrar. Tanto que no logré ver nada desde afuera. "¿No te acordás cuando eras chico, que te traje?" -agregó mi padre-. Sinceramente, no, no recordaba, pero no esperaba tener demasiada suerte en ver algo interesante. Claramente pronto me daría cuenta que no fue así. ¡Un puñado de Twin Otters!. Mientras miraba los aviones desde un costado del edificio, se me acercó un joven de overol, quien supuse que me iba a decir que no podía estar allí. La sorpresa me ganó una vez más. No sólo me invitó a pasar a la plataforma, sino que me indicó que si iba del otro lado, tendría mejor luz para las fotos. Mientras un grupo de personas trabajaban indiferentes a mi presencia, pero amables. En medio de paseo por la plataforma, el mismo muchacho me llama con cierto apuro. "¡Zas! Ahora sí, se acabó". - "Flaco métele, que están sacando el SAAB, subite que te pasean por la plataforma...". Después de un buen rato, volvimos a la ruta, y sin dudas fue un momento único, y grato en el recuerdo.
- Ver "Los Twin Otter de YPF" - publicado en Línea ALA.